Entradas

Mostrando entradas de 2020

Mi 2020.

Hoy quiero escribir la realidad, sin palabras bonitas ni intentando que una frase concuerde con otra. Estoy a pocos días de despedir mis 22 años y a pocas semanas de despedir este año de mierda, y quiero hacer un repaso a este último año intentando que así se quede algo en estas palabras y que no me acompañen más estos sentimientos  porque ya no los quiero. Este año ha sido duro, muy duro para todos y por supuesto para mí también, ojalá pudiera decir que sólo por la pandemia pero no. A día de hoy puedo dar las gracias porque el Covid no se ha llevado a nadie de mi familia ni nos falta el pan en la mesa y eso ya es mucho. La pandemia no sólo ha arrebatado vidas, por si no fuera poco también nos ha robado tiempo, abrazos, besos, sonrisas...nos ha plantado una mascarilla en la cara y nos ha frenado en seco, pero el tiempo no para y la vida sigue. El año no empezó bien para mi, no era feliz y en muchas ocasiones me encontraba triste aunque yo siempre intentaba ocultarlo, como todo. Quizás

Te escribo hoy por si mañana ya no me acuerdo más de ti

Vuelve. No lo necesito pero quiero volver a sentir el calor de tu abrazo, quiero volver a irme a casa con tu olor en mi ropa, en mi piel. Quiero sentir como tu respiración se mezcla con la mia y escuchar tus latidos bien de cerca. Quiero que vuelvas a sentir los nervios de la primera vez, que agarres todo tu coraje y me beses. Una y otra y otra vez, hasta que caigamos rendidos por el sueño.  Quiero que nos volvamos a mirar en cualquier reflejo de cualquier escaparate y presumamos de la buena pareja que hacemos aunque no lo seamos.  Quiero que cojas el coche y vengas, aunque sólo sea un ratito, aunque sólo sean 5 minutos. Que sigas sorprendiéndome como aquella primera vez.  Hazme reír hasta que duela y hazme rabiar como solías hacer para después compensármelo con besos.  Cada vez me cuesta más recordar esos momentos, cada vez te siento más lejos y no te voy a mentir, cada vez te pienso menos. Hazme revivirlos porque siento que estoy a nada de dejarlos morir para siempre.

A las mujeres de mi vida, mis amigas.

 He escrito mucha veces al amor, al desamor, al que creía que era el amor de mi vida, al amor de verano que revolucionó mi vida...He escrito al hombre más importante de mi vida, mi padre y le he escrito a mi primer amor, mi madre.Esta vez me gustaría escribiros a vosotras, las otras grandes mujeres de mi vida. Algunas de ellas me han acompañado durante toda mi vida, hemos crecido juntas, hemos vivido juntas nuestro primer beso, nuestro primer amor, la primera vez que cortamos con nuestros ex, la primera borrachera, nuestra primera regla, los suspensos, los veranos inolvidables, nuestro primer viaje juntas a la playa, nuestra primera graduación, y la siguiente, y la siguiente... Otras llegaron más tarde y quizás no hayamos vivido tantas experiencias juntas pero son igual de importantes en mi vida. Algunas de ellas me conocen desde que nací y no sé muy bien como lo hemos hecho, sólo se que conservar una amistad durante 23 años no es fácil y que si la hemos cuidado y mimado tanto es porqu

Pequeños placeres de la vida

Soy fan del momento en el que dos manos se entrecruzan por primera vez, ese momento en el que todos tus sentidos están puestos en el roce de tu mano con otra, hasta que encajan perfectamente como si de un puzzle se tratara. Ese pequeño gesto que a la vez te puede llegar a transmitir tanta fuerza, para mi significa un "estoy aquí, contigo". ¿Recuerdas el momento en el que comparaste tu mano con la mía? Me dijiste que era muy pequeña y yo te dije que como yo. Son esos pequeños placeres de la vida. Como cuando tumbado a mi lado recorría tu cara con mi dedo; frente, nariz, pómulo, barbarilla y labios, muy lentamente, mientras te observaba intentando quedarme con cada detalle para recordarte cuando te fueras (porque yo ya sabía que te irías, hay que tener mucho valor para quedarse al lado de alguien que está un poco rota).  Como el momento en el que miraba tus labios mientras sentía su tacto y tú me sonreíste y me besaste. Ojalá ese beso tuviera más sabor de realidad que de recuer

Sigue sorprendiéndome

Siempre me ha gustado lo inesperado pero tengo que reconocerte que ese día el miedo se apoderó de mí. Miedo a equivocarme, miedo a fallar, miedo a sufrir. Y aún así lo hice porque si algo he aprendido es que prefiero arrepentirme de lo que hice que de lo que no. Ese día nos quedamos hablando por teléfono hasta la madrugada, nunca habíamos cruzado palabra y ya parecía que nos conociéramos de toda la vida. No llegué a enamorarme de ti, no llegué siquiera a quererte pero tengo que agradecerte esos días porque volví a sentir la felicidad muy de cerca.  Es increíble que se pueda vivir tanto en tan pocos días y eso es lo que más me gustó de ti, que te gusta exprimir la vida tanto como a mí.  Algún día te acordarás y sabrás que la forma en la que nos mirábamos y esa sonrisa que se nos escapaba no se encuentra fácilmente. La vida es caprichosa a veces, pone a la persona correcta en el momento menos oportuno, pero si algo tengo claro es que el destino nunca se equivoca. Estoy convencida de que

Carta al cielo

 Hola abuelo, ¿qué tal estás? Aquí abajo esta siendo un año difícil, en todos los aspectos. Todo el mundo quiere que termine, como si con él se fueran a ir todos los problemas. Y bueno, sobre mí, ya sabes, tampoco ha sido fácil. He sido muy débil abuelo, todo lo contrario a ti. Me he sentido muy culpable por no haberme dado cuenta antes, quizás el sufrimiento de los mios al verme así no habría sido tan grande. Pero ya no me lamento más...me he dado cuenta que la vida son dos días abuelo, que hoy estamos aquí y puede que mañana ya no. Un día escribí todo lo que llevaba dentro y te lo juro, es como si lo hubiera quedado en ese papel y al romperlo se fue todo. Me desprendí de esa mochila y no sabes lo liberada que me siento. Sé que tú estabas a mi lado ese día abuelo, porque sentí una fuerza que yo hace mucho que no tenía, aún no sé como explicarlo, pero fue ese día cuando todo cambió asique gracias por sacarme del sitio tan feo donde yo solita me había metido. Gracias porque no encontrab

El mayor regalo.

Me ha costado mucho entenderlo. Muchas lagrimas, mucha angustia, mucha tristeza. Ahora lo entiendo, todo esto era necesario , cada una de las lagrimas lo eran, estaban ahí por algo, querían hacerme saber que había algo que me estaba haciendo daño. He sentido que el corazón se me hacía mil pedazos. He sentido un vacío enorme en mi. He sentido mucho frío. He sentido que me faltaba el aire. He sentido un nudo en la garganta y he apretado bien fuerte los dientes para no romperme. He sentido miedo. Había algo dentro de mi que no estaba bien, desde hace mucho, ahora lo sé. Dejé de quererme. Amé tanto a otro, ocupé tanto mi tiempo en otros, mi vida ya no era mía, le pertenecía a otra persona. No guardé ni un poquito para mi, todo mi amor lo entregué.  Y cuando me di cuenta de que nadie estaba ahí para entregarme ese amor de vuelta me rompí. Quiero pensar que en esta historia no hay culpables. Que ha sido la misma vida queriéndome dar una lección, parándome los pies, frenándome en seco. Bien,

Recuerdos de una noche de verano.

 Recuerdo ese día como si fuera ayer. No era nuestra primera cita ni mucho menos, habíamos tenido miles como esa pero la sensación era la misma que el primer día. Nervios, sonrisas que se escapaban, ojos que brillaban más que las estrellas de aquella noche. Miradas de esas que no se pueden sostener porque si la sostienes te pierdes. El roce de tu mano con la mía. Diría que lo único que diferenciaba aquella cita de la primera era que me conocías a la perfección para saber donde me tenías que llevar, cómo me tenías que mirar y qué tenías que decirme para que cayera rendida de nuevo. Aunque nada de eso hubiera hecho falta para que lo hiciera, pero tú eso no lo sabías.  Aquella noche era una de mis favoritas del año, me llevaste al lugar más oscuro de la ciudad para poder ver miles de estrellas fugaces y tonta de mí en todas ellas pedí el mismo deseo. Debe de ser por eso que no tardó mucho en cumplirse.  Aquella noche todo fue magia.  Nunca te lo llegué a decir pero gracias. 

Voy a irme...

 Voy a irme. Voy a curarme el corazón, a mimarme, cuidarme, valorarme y todo eso que dejé en manos de otra persona. Voy a irme y no voy a mirar por el retrovisor. Voy a irme sin pena, sabiendo que algún día volveré siendo una mejor versión de mi misma. Voy a pasear por las calles sola, sin ir agarrada de la mano de nadie y no voy a sentirme mal por ello.  Voy a estar orgullosa del camino que estoy recorriendo, sola, porque en ocasiones dicen que es mejor así. Voy a darme cuenta que no era para tanto, que no se necesita a nadie para sentirse completa y feliz.  Voy a darme la oportunidad que no me dieron, voy a quererme como no lo hicieron.  Voy a hacerme tan feliz como un día creí que me hacían. 

Me echaba de menos.

 Año tras año se repite la historia.  Está en tu mano dejar de sufrir, está en tu mano pasar de página, cambiar de libro, cambiar de rumbo... Sé que es difícil, me susurro a mi misma. Estás enamorada y llevas mucho tiempo estando ciega. No te culpes. ¿Te acuerdas de esos pequeños detalles del día a día que no te convencían? ¿Te acuerdas que no eran de tu agrado? ¿Te acuerdas que pensaste que no eran normales de alguien que estuviera enamorado? Después te autoconvencias de lo contrario, ponías un parche para no seguir viendolo, pero hoy te das cuenta de que tenías razón. Cómo no te vas a acordar de aquel dia que el corazón se te hizo mil pedazos y tú solita te encargaste de mantenerte en pie y con la cabeza en alto, nadie más que tú. ¿Te acuerdas que pensaste que tú nunca hubieras perdonado eso? No lo hubieras hecho si hubieras estado completamente bien, hoy no lo harías. No te culpes.  Sobre el corazón no se manda, y tú eres muy de corazón, por eso jugaron con él.  Por eso mismo sólo t