Sigue sorprendiéndome
Siempre me ha gustado lo inesperado pero tengo que reconocerte que ese día el miedo se apoderó de mí. Miedo a equivocarme, miedo a fallar, miedo a sufrir. Y aún así lo hice porque si algo he aprendido es que prefiero arrepentirme de lo que hice que de lo que no. Ese día nos quedamos hablando por teléfono hasta la madrugada, nunca habíamos cruzado palabra y ya parecía que nos conociéramos de toda la vida. No llegué a enamorarme de ti, no llegué siquiera a quererte pero tengo que agradecerte esos días porque volví a sentir la felicidad muy de cerca. Es increíble que se pueda vivir tanto en tan pocos días y eso es lo que más me gustó de ti, que te gusta exprimir la vida tanto como a mí. Algún día te acordarás y sabrás que la forma en la que nos mirábamos y esa sonrisa que se nos escapaba no se encuentra fácilmente. La vida es caprichosa a veces, pone a la persona correcta en el momento menos oportuno, pero si algo tengo claro es que el destino nunca se equivoca. Estoy convencida de que